Señor, ha sido otro largo año lleno de luchas, problemas, ansiedades, dolor y otras cosas desconcertantes en mi vida. También ha sido un año con muchos momentos de gozo, compartimiento, triunfos y cercanía a Ti.
Me parece que han habido mas cosas malas que buenas, mas penas que alegrías, mas agitaciones que paz, mas preocupaciones materiales que espirituales.
Escuché la inspiración de tu voz en mi corazón cuando comencé este año que ha pasado, pidiéndome cambiar, y Yo, con renovado entusiasmo tomé resoluciones para mejorar muchas áreas de mi vida. Estaba totalmente decidido a cambiar y desafiarme a ser una persona mejor.
Estoy tratando de ser honesto conmigo mismo y me doy cuenta de que mientras más quiero ser perfecto, mas encuentro falta en mí. He tratado de ser virtuoso pero veo que me falta mucho, he tratado de ser generoso pero me doy cuenta de que nunca podré realizar mis metas.
Una cosa es cierta. Tu has sido lo mas grande que ha acontecido en mi vida. Desde que decidí vivir para Ti, me he dado cuenta que tú de alguna manera me cuidas y yo disfruto de tus bendiciones en todas mis actividades.
Por eso éstas son mis resoluciones para el Nuevo Año: primero que todo continuar viviendo para Ti, a través de Ti, contigo y en Ti. No dejaré que mi felicidad sea condicionada por cosas o situaciones externas sino por tu divina voluntad; no dejaré que mi paz sea arrebatada de mi corazón puesto que ese es el regalo que tu me has dado. Estaré mas conciente de buscar el Reino de los Cielos primero que todo, puesto que Tú has prometido darnos lo demás también.
Me propondré empezar mi día contigo, vivir cada minuto para Ti, regocijarme en mi trabajo y todas las demás actividades porque te invito a que estés conmigo en cada momento. Y al final del día te alabaré por haberme dado gozo una vez mas, por aceptarme como yo soy, débil en la carne pero fuerte en el espíritu, frágil en mi humanidad pero muy resuelto a ser fortalecido en tu presencia, talvez inepto en mis triunfos personales pero extremadamente feliz de vivir para tu voluntad.
Yo fervientemente resuelvo abrirte mi corazón, presentarte todos mis problemas y esperar hasta que tu me inspires en lo que debo de hacer o a que tu los resuelvas. Dependeré mas de Ti que de mi mismo, tratare de ver las cosas como Tú las ves, amaré con tu corazón, veré con tus ojos, escucharé solamente tu palabra y trabajaré para Ti.
Deseo volverme un instrumento de tu voluntad, para llenarme de Ti en tal forma que como San Pablo yo pueda algún día decir: Ya no soy yo quien vive, sino Cristo que vive en mí..
José de Jesús y María.