Venid, adoremos a Dios hecho hombre, a Jesucristo, el Hijo de Dios.
Venid, adoremos al hijo de María, envuelto en pañales y recostado en un pesebre, señales que autentifican que es el Mesías.
Venid, adoremos a quien los ángeles cantan ¡Gloria en el cielo, paz en la tierra!
Venid, adoremos a quien rinden homenaje los pastores maravillados por lo que han visto y oído.
Venid, adoremos a quien nos revela nuestra semejanza divina.
Venid, adoremos a Aquel por quien han sido hechas todas las cosas.
Venid, adoremos, besemos, al Niño de Belén, Dios con nosotros, Emmanuel.
Jesús, el hijo de María, devuelve la dignidad a nuestra naturaleza humana.
Jesús, el hijo de María, nos revela hasta dónde somos amados de Dios.
Jesús, el hijo de María, nos hace sacramentos de su rostro.
Jesús, el hijo de María, nos permite glorificar a Dios con nuestro cuerpo.
Jesús, el hijo de María, nos rescata de todo pesimismo egoísta.
Jesús, el hijo de María, nos concede el mayor título, el de ser hijos de Dios por adopción.
Jesús, el hijo de María, ilumina nuestra naturaleza y la hace reflejo de su humanidad.
Por este Niño de Belén los más pequeños son sacramento.
Por este Niño de Belén los pobres son privilegiados.
Por este Niño de Belén los que están solos sienten acompañamiento.
Por este Niño de Belén todo ser humano es sagrado.
Por este Niño de Belén los humildes son enaltecidos.
Por este Niño de Belén el sufrimiento no es inútil.
Hoy es Navidad, porque nos ha visitado el Sol que nace de lo alto.
Hoy es Navidad, porque en muchos lugares de la tierra se ha contemplado el nacimiento de Jesús.
Hoy es Navidad, porque ha nacido la Vida.
Hoy es Navidad, porque muchos enfermos siguen siendo curados y acompañados.
Hoy es Navidad, porque han sucedido gestos de perdón.
Hoy es Navidad, porque permanecen entre nosotros quienes ofrecen sus vidas como testimonio del amor divino.
Hoy es Navidad, porque podemos participar de