Reflejos de luz
CONDUCIDOS POR UN ÁNGEL
Representación Navidad
PERSONAJES:
Ángel
Dependienta
Padre pobre
Madre rica
Camarero
Anciana
Recluso
Médico
Hombre
San José
María
NARRADOR
Se aproxima el 24 diciembre, en el cielo todo se prepara para vivir estas Fiestas; todos quieren que baje Jesús a la tierra. Han visto cómo Dios-Padre, lleno de amor, ternura y misericordia ha decidido mandar a su Hijo a la tierra, naciendo y viviendo como hombre y entre los hombres. Todo es alegría y más alegría. Al mismo tiempo en la tierra, recordando este día tan maravilloso de su nacimiento, se ve cómo en muchos hogares preparan la Nochebuena con enorme ilusión y gozo.
Dios-Padre ha decidido mandar a un ángel que baje a la tierra y se introduzca en diferentes lugares, para que vean cómo pasan esta noche, y de nuevo regrese al cielo y de nuevo le cuente lo que ha visto.
El ángel, obediente a Dios-Padre entra en cada sitio, lo observa y formula la misma pregunta: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?. Se da cuenta de lo que pasa en el mundo y en la sociedad de hoy, cuando han transcurrido tantos siglos desde el nacimiento de Jesús.
En primer lugar se dirige a una casa donde vive una familia pobre, trabajadora, unida y feliz.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Padre: Muy alegres y unidos. No tenemos grandes cosas, pero hemos preparado un Belén . Nuestra cena será como la de todos los días pero se la ofreceremos al niño Jesús.
Lo importante es que estamos todos juntos y somos felices por ello.
Narrador: Seguidamente nuestro ángel va a una casa muy diferente, allí no falta de nada, el ambiente es muy lujoso.
Madre: ¡No nos falta de nada!: adornos, nacimiento, platos exquisitos... y nos pondremos nuestros mejores trajes. No puede ser una noche como las demás. Nos divertiremos y lo pasaremos de lo lindo.
Narrador: El ángel visita unos grandes almacenes, ¡qué ruido! ¡qué jaleo!. Subir y bajar, gente con bolsas de compra, música que invita a consumir. Luces, gente y gente...
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Dependienta: Nuestro tarbajo consiste en vender y vender. ¡Ya ves el ambiente! luces, música, colores, grandes envoltorios para animar a que la gente compre. Aunque trabajamos mucho, nos compensa porque somos útiles a la gente que requiere nuestro trabajo. Ponemos en ello toda nuestra ilusión.
Narrador: El ángel aterriza a las puertas de un bar.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Camarero: Por aquí pasan todo tipo de personas, las que necesitan algo caliente y los que vienen a beber y beber. Algunas veces nos gustaría poder ayudar a los que lo necesitan pero nuestro trabajo es atender a todos. Somos felices cuando vemos a los demás felices.
Narrador: Cuando salía del bar el ángel llegó a una residencia de ancianos. Allí se llena de ternura y cariño al ver a estos ancianos, cargados de días y sintiendo una cierta añoranza: familia, recuerdos... ¡Toda una vida!.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Anciana: Aquí no nos falta de nada. Nos han dado comida, regalos... pero nos falta lo más importante: nuestra familia y el amor que ellos nos puedan dar. Sentimos añoranza de nuestra casa poque es allí donde vivimos todas nuestras alegrías y penas.
Narrador: Nuestro ángel va a una cárcel. Módulos y módulos, vigilancia, silencio de pasillos.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Recluso: Estoy cumpliendo aquí una pena porque el hambre me llevó a robar. Añoro a mi familia y me da pena no poder ser libre. Aquí se respira pena y soledad.
Narrador: El ángel visita y observa cómo viven los médicos de guardia estos días.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Médico: Intentamos atender lo mejor posible a todas las personas que llegan y aunque nos gustaría estar en nuestra casa, procuramos estar alegres y acoger a las personas con todo nuestro cariño. Es importante ser humanos con los demás.
Narrador: El ángel se encontró en las calles con un hombre que parecía ser feliz. y le preguntó:
Ángel: ¿Cómo estás viviendo tú la Navidad?
Hombre: Estoy asombrado. La verdad es que es increíble que todo un Dios se haga hombre para ofrecernos su amor. Y además nació en un pesebre para demostrarnos que la riqueza no es lo más importante. María y José acogieron el gran misterio de amor.
Narrador: El ángel, ahora, lleno de asombro y gozo penetra en el interior de nuestro corazón.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo las Navidades?
Narrador: Intentando hacer el nacimiento en nuestro corazón. Tratando de vivir el gran amor de Jesús, la disponibilidad de María y la acogida de José para poder manifestarlas a todas las personas que se nos acerquen.
Quedan otros muchos escenarios por donde el ángel pasó. Algunos no los conocemos. Sí sabemos una cosa: aquella noche el ángel no descansó. Y no dejó rincón de la tierra sin visitar. Bueno, a lo mejor no fue un ángel sólo. Lo que sí es cierto es que, en Navidad, Dios manda a un ángel a todos los lugares del mundo. Le salió bien “la cosa” aquella primera Nochebuena, cuando los pastores acogieron el mensaje del ángel... Desde entonces, Dios, el día de Nochebuena, visita y anuncia algo importante y dichoso a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Sí. Por cierto, también a mí...
CONDUCIDOS POR UN ÁNGEL
Representación Navidad
PERSONAJES:
Ángel
Dependienta
Padre pobre
Madre rica
Camarero
Anciana
Recluso
Médico
Hombre
San José
María
NARRADOR
Se aproxima el 24 diciembre, en el cielo todo se prepara para vivir estas Fiestas; todos quieren que baje Jesús a la tierra. Han visto cómo Dios-Padre, lleno de amor, ternura y misericordia ha decidido mandar a su Hijo a la tierra, naciendo y viviendo como hombre y entre los hombres. Todo es alegría y más alegría. Al mismo tiempo en la tierra, recordando este día tan maravilloso de su nacimiento, se ve cómo en muchos hogares preparan la Nochebuena con enorme ilusión y gozo.
Dios-Padre ha decidido mandar a un ángel que baje a la tierra y se introduzca en diferentes lugares, para que vean cómo pasan esta noche, y de nuevo regrese al cielo y de nuevo le cuente lo que ha visto.
El ángel, obediente a Dios-Padre entra en cada sitio, lo observa y formula la misma pregunta: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?. Se da cuenta de lo que pasa en el mundo y en la sociedad de hoy, cuando han transcurrido tantos siglos desde el nacimiento de Jesús.
En primer lugar se dirige a una casa donde vive una familia pobre, trabajadora, unida y feliz.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Padre: Muy alegres y unidos. No tenemos grandes cosas, pero hemos preparado un Belén . Nuestra cena será como la de todos los días pero se la ofreceremos al niño Jesús.
Lo importante es que estamos todos juntos y somos felices por ello.
Narrador: Seguidamente nuestro ángel va a una casa muy diferente, allí no falta de nada, el ambiente es muy lujoso.
Madre: ¡No nos falta de nada!: adornos, nacimiento, platos exquisitos... y nos pondremos nuestros mejores trajes. No puede ser una noche como las demás. Nos divertiremos y lo pasaremos de lo lindo.
Narrador: El ángel visita unos grandes almacenes, ¡qué ruido! ¡qué jaleo!. Subir y bajar, gente con bolsas de compra, música que invita a consumir. Luces, gente y gente...
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Dependienta: Nuestro tarbajo consiste en vender y vender. ¡Ya ves el ambiente! luces, música, colores, grandes envoltorios para animar a que la gente compre. Aunque trabajamos mucho, nos compensa porque somos útiles a la gente que requiere nuestro trabajo. Ponemos en ello toda nuestra ilusión.
Narrador: El ángel aterriza a las puertas de un bar.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Camarero: Por aquí pasan todo tipo de personas, las que necesitan algo caliente y los que vienen a beber y beber. Algunas veces nos gustaría poder ayudar a los que lo necesitan pero nuestro trabajo es atender a todos. Somos felices cuando vemos a los demás felices.
Narrador: Cuando salía del bar el ángel llegó a una residencia de ancianos. Allí se llena de ternura y cariño al ver a estos ancianos, cargados de días y sintiendo una cierta añoranza: familia, recuerdos... ¡Toda una vida!.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Anciana: Aquí no nos falta de nada. Nos han dado comida, regalos... pero nos falta lo más importante: nuestra familia y el amor que ellos nos puedan dar. Sentimos añoranza de nuestra casa poque es allí donde vivimos todas nuestras alegrías y penas.
Narrador: Nuestro ángel va a una cárcel. Módulos y módulos, vigilancia, silencio de pasillos.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Recluso: Estoy cumpliendo aquí una pena porque el hambre me llevó a robar. Añoro a mi familia y me da pena no poder ser libre. Aquí se respira pena y soledad.
Narrador: El ángel visita y observa cómo viven los médicos de guardia estos días.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo la Navidad?
Médico: Intentamos atender lo mejor posible a todas las personas que llegan y aunque nos gustaría estar en nuestra casa, procuramos estar alegres y acoger a las personas con todo nuestro cariño. Es importante ser humanos con los demás.
Narrador: El ángel se encontró en las calles con un hombre que parecía ser feliz. y le preguntó:
Ángel: ¿Cómo estás viviendo tú la Navidad?
Hombre: Estoy asombrado. La verdad es que es increíble que todo un Dios se haga hombre para ofrecernos su amor. Y además nació en un pesebre para demostrarnos que la riqueza no es lo más importante. María y José acogieron el gran misterio de amor.
Narrador: El ángel, ahora, lleno de asombro y gozo penetra en el interior de nuestro corazón.
Ángel: ¿Cómo estáis viviendo las Navidades?
Narrador: Intentando hacer el nacimiento en nuestro corazón. Tratando de vivir el gran amor de Jesús, la disponibilidad de María y la acogida de José para poder manifestarlas a todas las personas que se nos acerquen.
Quedan otros muchos escenarios por donde el ángel pasó. Algunos no los conocemos. Sí sabemos una cosa: aquella noche el ángel no descansó. Y no dejó rincón de la tierra sin visitar. Bueno, a lo mejor no fue un ángel sólo. Lo que sí es cierto es que, en Navidad, Dios manda a un ángel a todos los lugares del mundo. Le salió bien “la cosa” aquella primera Nochebuena, cuando los pastores acogieron el mensaje del ángel... Desde entonces, Dios, el día de Nochebuena, visita y anuncia algo importante y dichoso a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Sí. Por cierto, también a mí...